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Viaje inconcluso

Ocho poemas de Benjamín Sepúlveda


Benjamín Sepúlveda (1996). Estudiante de Fonoaudiología de la Universidad de La Frontera, Temuco; amigo creativo de la poesía y la música. Participó en bandas locales como Placer Colectivo, Ojos de Perro Azul e Hijos del Sol. Actualmente colabora con el grupo Frigider. Fan del vino tinto junto a sus amigos, y lector fiel de Jorge Teillier.



Realidad uno: Soy la gota.


Soy una gota cayendo en el silencio

hilo fino en lo invisible

una pared oscura

me envuelve

crucial como la piel de la pantera

recorro mi camino en el vacío


Aquí lentamente

no tengo ni manos

ni tacto ni ojos

no soy sombra ni luz ni carne

Soy solo una gota de agua cayendo

en el silencio.



Realidad dos: Preexistencia

Me veo revoloteando en la preexistencia como un pirigüín en el charco de la nada latiendo antes del vientre Bebiendo de la misma teta de Dios Donde la pulpa de todo ser yace guardada en una carpeta Como millones de videos a la espera del play.


Es el momento

luz cámara acción

La mitad la hago aquí antes de nacer,

mejor dicho, antes de ser

y la otra mitad la hago viviendo

equivocándome,

puliendo poco a poco eso que ahora no soy

Hasta que la muerte me tome por sorpresa

Y me mande

al mismo charco

donde antes revoloteaba.



Realidad cuatro:


Soy una botella de Coca-Cola

Atravesando la mesa

En un almuerzo de domingo.




Ácaros


Navego microscópicamente por la cubierta de mi almohada

Camino hasta llegar a un poblado de ácaros

en las calles me reciben felizmente

Piensan que soy el mesías

pero no traigo ni una buena nueva.




Beatriz


¿te encontraré beatriz en algún lugar más allá de mis sueños?

con tu túnica de movimiento que aguarda el tiempo fuera de este tiempo

con tus manos de glaciar que a pesar de todo me dieron calor

cuando te canses de correr y se acaben estas palabras y se acabe toda esta locura

y exploten los soles para mutar en andrómedas

se extingan las pantallas dominantes para poder verte en eso que no es el frío reflejo

cuando se evaporaren los males y se tricen los orgullos

en alguna colina en el país del amor o en el país del olvido.

cuando escupan las estrellas eso que nunca dije

en alguna escena poscréditos,

y te atrevas a mirarme con tus verdaderos ojos

en ese pequeño segundo quizás pueda encontrarte.



Volver a casa Sales de casa temprano harás la cimarra sabiendo que cada segundo que pasa es una cereza que toca el suelo una bandurria comiendo gusanos o un gato que caza una abeja en el jardín.

Sabes que el frío es lo mismo que el humo no tienes nada que perder nada que te moleste ningún sueño que te esté buscando y en las delgadas calles permaneces ocioso mientras un rayo de sol te entretiene la mejilla.

Es muy temprano para estar sonriendo y lo único que te persigue realmente es un perro que cree que tu paso es el camino que lo llevará a casa.


Esta conciencia predadora que me tiene atónito vaga por la ciudad en la cual de lo único que me puedo sentir orgulloso es que mi ropa aún huela a humo.

El tiempo pasa así nomas

como un chico andando

en bicicleta

con las manos en los bolsillos.


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